lunes, 18 de abril de 2011

SEMANA SANTA, SEMANA DE PÉRDIDAS...

Una habitación de hotel... y de fondo las trompetas de las procesiones, nunca antes me habían parecido tan tristes, con su ritmo constante, interminable, una banda sonora fúnebre y al fondo... mi corazón, que late, se mueve, marcando el compás de los pasos. Como un costalero más que avanza con el peso de la imagen. La imagen que se ha perdido, ese rostro que nunca volverá a estar a tu lado, del que no sentirás el aliento, ni la risa, ni el llanto... Levantan todos a una a la Virgen, la Virgen de la Amargura... qué oportuno, quizá ella nos entienda más que nadie, porque por mucho que intente beberme la vida, el sabor que me queda en los labios es amargo...

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